Emprender


Emprender es un acto del pensamiento planificado y concebido para ser accionado hacia objetivos claros de intencionalidad, es un acto de la acción funcional y creativa de la genialidad humana, hecha por un ser hacedor y realizador, ¡un ser emprendedor!, un constructor de ideas y sueños, pero para ser convertidos en hechos transformados y plasmados en realidades objetivadas, es un acto que obedece a su propio “instinto realizador,” presente en todos estos seres, que por su vez, son dotados de una fuerte capacidad motivacional para ir en busca de la concretización de sus ideas y sueños.


El Emprender es la capacidad de concebir e incubar en la mente ideas creadoras, germinadoras y multiplicadoras, capaces de generar el impulso para la acción proactiva de esas ideas elaboradoras, es una acto de la creación y procesada por el “pensamiento proactivo”, que en esencia es el “hacedor”, el cual, se sintoniza armónicamente con su mejor par, que es el “pensamiento creativo” el cual es un “pensador” y con esta alianza, es creada la mejor obra para ser puesta en escena por su autor, el cual conocemos como “el emprendedor”.

Emprender es un saber aprehendido y acumulado, es un know-how y un conocimiento asimilado de forma vivencial y cognitiva, que ha sido adquirido por estos seres hacedores en su propio oficio por el hacer, es un conocer aprendido en la forma de un saber hacer propio e individual, es un acumulo curricular de esta praxis, que es gestado y atesorado historialmente por el hacedor, para conformarlo en su propio método y guía personal para así construir su “saber hacer”. Esta es la pura expresión y esencia de este ser, de un nuevo homo-saber, un hacedor y emprendedor.


El emprender técnicamente, es una formulación metodológica que es adquirida por la concordia entre la teoría y la práctica, sobre la funcionalidad del hacer y realizar, ésta misma, es templada en el crisol de la praxis constructora y realizadora, es almacenada en forma de conocimiento selectivo, pero concebida sobre una visión estrictamente orientada para la eficacia en resultados, por tanto es un método basado en técnicas pragmáticas para esta disciplina y conocimiento, sobre emprender con “la ciencia del saber hacer” y transformar así, las teorías en acción realizadora.


Temas a considerar a la hora de emprender:

Proteger la idea. Ni contarla a  todo el mundo ni guardarla bajo siete llaves. Busquen el equilibrio para compartirla cuando sea necesario sin correr riesgos de divulgación anticipada.

¿Socios o amigos? Asociarse con amigos puede ser muy divertido. O un gran dolor de cabeza si no se fijan, por escrito, pautas objetivas para formar EQUIPO.

Cómo asignar acciones. El aporte de cada socio tiene un valor y debe medirse. No es tarea fácil pero tienen que tomarse el tiempo para que la participación se determine por valor agregado y no por pautas subjetivas.

Equipo. Los recursos humanos son el alma de la empresa. Invertir tiempo y dinero en captarlos, contratarlos o retenerlos tiene que ser una prioridad. La mayoría de los inversores mira más al equipo que a la idea.

Conocer el marco regulatorio. Es fundamental indagar qué normas reglamentan la industria en donde quieren insertarse e incorporarlas al plan de negocios. Fallar en esto puede traer mayores costos, demorar el start up o hacer naufragar el proyecto.

Seducir al Inversor. No hay una segunda oportunidad de dar una buena primera impresión. Para visitar al inversor firmen un acuerdo de confidencialidad, elaboren un resumen ejecutivo y presenten el plan de negocios en no más de veinte minutos.

Cuánto pedir. La valuación del proyecto es siempre un factor de discusión, sobre todo teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos se venden proyecciones futuras. Establezcan mecanismos flexibles, ajustables contra resultados concretos, para evitar cortocircuitos en la relación con el inversor.

Planificar la búsqueda de inversores. Es un proceso que lleva tiempo –entre tres y ocho meses– y no hay que esperar a quedarse sin caja para hacerlo, ya que se perderá poder de negociación.

Atención a los impuestos. A la hora de estructurar el negocio uno de los factores que en general no se analiza con profundidad es la cuestión fiscal. Un mal cálculo en este tema puede dejarlos afuera del negocio o, en el mejor de los casos, del negocio que esperaban tener.

No quedarse quietos. Muchos emprendedores se vuelven locos por proteger lo que ya crearon e invierten fortunas en hacerlo. Si junto a eso no hay innovación permanente, la competencia estará cada día más cerca.



Hay muchas otras consideraciones, pero mi propósito no es asustar con muchos temas, sino motivar a la planificación, aprovechamiento de oportunidades que de verdad sean oportunidades, análisis de riesgo, y puesta en marcha con esfuerzo, dedicación, confianza, ánimo y acción.

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